Las reglas
Una de las grandes incógnitas a la hora de educar a un hijo es de dónde sacar una guía para poner reglas, límites, horarios y un largo etcétera. Es muy fácil caer en los extremos de la educación a la antigüita o como diría un ex paciente “pasarte de montessori”.
Algo que puede ser de mucha ayuda es pensar en la educación basada en dos máximas, la seguridad y la adaptación.
Me explico: Las normas tienen que ayudar a los niños a sobrevivir y adaptarse tanto en su medio como con las personas con quienes convive.
Por ejemplo, una norma de seguridad para un niño de dos años es no entrar a la cocina porque se puede lastimar con cosas filosas o calientes. Para un niño de cinco, enseñarle a untar mermelada en un pan es una cuestión de adaptación.
Recoger los juguetes tiene razones tanto de seguridad como de adaptación. No gritar, en general, es una norma de adaptación, que puede romperse cuando está jugando algún partido o está en una fiesta correteando con otros niños.
Si vas a poner una regla en casa, pregúntate si es por seguridad o adaptación y compáralo con la edad de tu hijo. No hay pierde.