Sueños y pesadillas

Todos soñamos, y aunque no se sabe a ciencia cierta cómo son los sueños de los bebés en el útero se ha comprobado que desde los seis o siete meses de gestación soñamos.

Pero hay una gran diferencia entre los sueños normales, o hasta un poco angustiantes y las pesadillas.

Las pesadillas son consecuencia de periodos de estrés, cosas que pasan en la vida cotidiana que estamos tratando de desahogar y hasta resolver mientras dormimos, aunque las historias en los sueños no sean exactamente sobre lo que nos preocupa.

Cuando los niños pequeños tienen pesadillas aisladas casi siempre se trata de  eventos relacionados con el crecimiento o cambios en su vida cotidiana como la entrada a la escuela o la guardería, la caída de los dientes, un regaño, etcétera.

Si las pesadillas son demasiado frecuentes (una o más por semana) o lo despiertan, es necesario revisar qué es lo que lo está angustiando, y que tan normal es que lo afecte. En ese caso, en algún momento del día pídele que te lo cuente de nuevo o lo dibuje, a veces con ese simple hecho el estrés disminuye y los malos sueños con él.

Ante una pesadilla que lo despierta es importante que lo calmes, prendas una luz suave, y lo invites a dormir nuevamente.

 

**Dato al margen. Los periodos más normales de miedos como el coco o los monstruos dentro del clóset o bajo la cama es entre los cuatro y medio a los seis o siete años. Si no afectan su vida de día, lo más usual es que se vayan pasando.